El proceso del purgado de radiadores es un clásico de los sistemas de calefacción. Si no se lleva a cabo de una manera periódica, puede haber problemas que ocasionen un funcionamiento irregular. Ahora bien, ¿cuáles son las circunstancias en las que debe llevarse a la práctica esta medida? ¿Es decir, cómo purgar radiadores? ¿Calefacción encendida o apagada?

Cómo purgar radiadores: ¿calefacción encendida o apagada?

Purgar los radiadores contribuye a regular y optimizar el funcionamiento del sistema de calefacción. ¿Por qué? Porque su objetivo es expulsar el aire que se almacena en el interior para que éste no moleste a la circulación del líquido caloportador, consiguiendo así que el radiador logre calentar la estancia de forma uniforme.

En cuanto a la duda de si la calefacción debe estar funcionando o en reposo durante esta fase, la respuesta no es binaria. Es decir, que no se trata de una cuestión resoluble mediante un simple sí o un tajante no. Es posible llevar a cabo el proceso de purgado estando la calefacción encendida; pero también puede realizarse con la calefacción apagada. ¿Hay diferencias? Las hay. ¿Reventará el sistema si lo hacemos de una manera y obviamos la otra? No.

Diferencias entre hacerlo con la calefacción encendida o apagada

Purgar los radiadores con la calefacción encendida cuenta con una pequeña ventaja sobre hacerlos con la calefacción apagada. Esta ventaja consiste en que se consigue mover las burbujas de aire que quedan pululando entre algunas de las partes del circuito de calefacción. El resultado de semejante movimiento es que las burbujas acaban siendo expulsadas por los purgadores a lo largo de la acción.

Por último, a la hora de hacerlo con la calefacción encendida, es aconsejable bajar la temperatura de la caldera a 50ºC. El motivo de esto no es otro que ahorrar combustible a lo largo del purgado. Cuando finalice todo, será necesario volver a poner la temperatura en su índice original.