La Inspección Técnica de Edificios, más conocida popularmente por sus Siglas ITE, es un registro que determina si los edificios con una determinada antiguedad cumplen o no con todos los requisitos de seguridad.
Inspección Técnica de Edificios: ¿cómo se pasa?
Para llevar a cabo el estudio se requiere la presencia de un Técnico homologado. Generalmente es un Arquitecto o Aparejador.
Este profesional lleva a cabo un análisis exhaustivo de todos los elementos comunes del edificios: fachada, azotea, fontanería, instalaciones de saneamiento, etc. Por lo general, no requiere del acceso a las viviendas particulares, aunque hay ocasiones en las que el Técnico debe hacerlo.
Si el profesional certifica que el edificio se encuentra en buen estado y cumple con las condiciones de seguridad, la Inspección Técnica de Edificios es aprobada. Es el propio Técnico el responsable de su tramitación para que los Organismos e Instituciones estén informados de la resolución favorable de la ITE.
Todos aquellos edificios construidos hace más de 50 años deben pasar la Inspección Técnica de Edificios de manera obligatoria cada 10 años.
No cumplir los plazos que establece la normativa para la presentación de la ITE puede suponer una serie de sanciones económicas de carácter grave. La cuantía depende de cada Ayuntamiento, pero en algunos casos puede alcanzar los 6.000 euros.
Además, no pasar la Inspección Técnica de Edificios puede dar lugar a diversas consecuencias indirectas: paralización del proceso de venta de un piso situado en el edificio, denegación de la hipoteca, etc.
Del mismo modo, si la ITE determina que se deben realizar una serie de reformas y los vecinos se niegan a llevarlas a cabo en el plazo estipulado, también podría acarrear una multa.
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