Para que los radiadores encargados de transmitir el calor en un sistema de calefacción central funcionen correctamente, es necesario llevar a cabo un purgado periódico. A lo largo del tiempo en que los radiadores están sin funcionar, a menudo se llevan a cabo reformas que afectan al sistema interno. Esto es así porque resulta preciso vaciar el circuito de calefacción de agua, lo que exige luego de un llenado posterior y reparador. ¿Cuál es la consecuencia? Que se generan bolsas de aire que acaban llegando a los radiadores de calefacción central. Ése es el aire que debemos expulsar. Ahora que ya sabes por qué es importante hacerlo, ¿quieres saber cómo se purga un radiador?

Cómo se purga un radiador: instrucciones

En muchos radiadores de aluminio, el sistema de purgación es automático. Esto es, se lleva a cabo el proceso definido anteriormente de manera autónoma, sin necesidad de intervención humana. En el resto de los casos, los dueños de los radiadores serán los que deban purgarlos. El momento de hacerlo es cuando lleven mucho tiempo inactivos.

Cómo se purga un radiador en sólo tres pasos

Para manipular el purgador, usa un destornillador en la llave del aparato, que se encuentra en un tornillo provisto de una pequeña apertura. Cuando lo hagas, verás que el aire se libera de la forma prevista. También saldrá algo de agua, así que será recomendable que pongas una pequeña tina debajo.

En cuanto constates que el sistema está dejando de expulsar aire, y que el aparato únicamente está dejando escapar agua, será señal de que el procedimiento ha terminado.

Por tanto, puedes dejar de apretar el tornillo con el destornillador. Por último, cierra la llave del purgador y replica estas instrucciones en el resto de radiadores de la vivienda.

Recuerda repetir la operación de vez en cuando para asegurarte del óptimo funcionamiento de la calefacción.